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Pere Camps nace en el año 1929 en Sabadell, municipio del área metropolitana de Barcelona. Desde muy joven siente la atracción por el dibujo y la pintura, hecho que le lleva, tan solo a la edad de 20 años, a realizar su primera estancia en el extranjero, concretamente en Marruecos, durante un periodo de 3 años y que representa el verdadero inicio de una dedicación totalmente profesional a la pintura y que, afortunadamente, le ha permitido dedicarse a ella hasta la actualidad.

Al poco tiempo de su retorno a Barcelona, marcha, nuevamente, en este caso a París donde se sumerge en el ambiente pictórico y cultural de la época y donde realiza su primera exposición, fuera del estado español, cuando acaba de cumplir su vigesimoquinto aniversario.
En el año 1958 vuelve, otra vez, a Barcelona donde compagina su actividad con un nuevo reto personal que lo conduce al diseño de diversas colecciones textiles dado el creciente impulso que, básicamente en el terreno de la estampación, se sucede durante esta época propiciado por la aparición de nuevas y atractivas técnicas y que llevan a mas de un artista a la exploración de tales facetas.

Ya en el año 1973, la creciente atracción por el mar y su entorno, le lleva a establecerse en un pequeño pueblo del Bajo Ampurdán, Mont-ràs, donde en el plácido ambiente de su estudio, “Collet d’es Vent”, situado en la parte más alta del pueblo y enclave propicio donde convergen con asiduidad los vientos predominantes de la zona, especialmente la tramontana y el garbí, inicia una prolífica etapa tanto en el campo de la pintura al óleo como la acuarela. Esta intensa actividad, y la necesaria conveniencia de romper, temporalmente, con la uniformidad de paisajes marinos, arenales y vendavales le encamina a compaginar su vida, a partir del año 1987 y hasta el día de hoy, con largas estancias en una borda-estudio de un pueblo de montaña en el Valle de Arán y donde la nieve, junto con el contraste paisajístico, actúa como contrapunto de equilibrio frente los parajes ampurdaneses. A partir de entonces, y especialmente durante el invierno, no deja de acudir a esta llamada que, desde el Aran, se sucede anualmente y sin tregua.

Durante todos estos años realiza numerosas exposiciones, la gran mayoría de ellas en ciudades del estado español, pero, también, en Paris, Toulouse, Lisboa, München, Londres y en la sede de las Naciones Unidas, en Ginebra.